IN MEMORIAM

diumenge, 26 de desembre del 2010

Buick y col. (1980).

Molt estem parlant i llegint sobre el dopatge de transfusió sanguínia, així que si a algú li interessa i té paciència pot llegir el que a continuació he pogut esbrinar en DEPORTE LIMPIO i que ens servirà per a tindre una millor informació.

La técnica del almacenamiento de glóbulos rojos congelados es la siguiente:  
consiste en mezclar los 900 mililitros extraídos con una solución de 63 mililitros de citrato-fosfato-dextrosa (CPD). Inmediatamente después se centrifuga la mezcla y se separan sus componentes. Los glóbulos rojos se mezclan con 100 mililitros de solución salina-adenina-glucosa-manitol (SAGM). Esta mezcla se congela con glicerol en nitrógeno líquido. La mezcla congelada de glóbulos rojos se puede mantener congelada durante varios años sin perder sus propiedades (Berglund 1988). Cuando se quiere realizar la transfusión de glóbulos rojos al sujeto, se descongelan dichos glóbulos rojos y se mezclan con suero salino fisiológico hasta conseguir unos valores de hematocrito de la mezcla del 50% aproximadamente (Buick et al 1980) . 
Los atletas usan el dopaje sanguíneo porque causa una mejora en la capacidad de transporte del oxígeno, mejorando la resistencia de un atleta. Particularmente, el dopaje sanguíneo es considerado beneficioso para corredores de larga distancia, ciclistas y nadadores. Está demostrado que el dopaje sanguíneo puede conllevar a:  
§         un incremento del 7% en hemoglobina,
§         un incremento del 5% en la VO2max,
§         un incremento del 34% en el tiempo de agotamiento al 95% de la VO2max y
§         una mejora de 44 segundos en el rendimiento corriendo en cinta 5 millas.  

A continuació podeu llegir el treball de Buick i col. en 1980, han passat 30 anys des que es va demostrar que el sistema funciona si s'ha millorat no ho sabem perquè no hi ha publicat res, una altra cosa fins al dia de hui és indetectable.

El artículo de Buick y col. (1980) es, probablemente, el trabajo más completo que ha estudiado los efectos de la transfusión de glóbulos rojos correspondientes a más de una unidad de sangre sobre el consumo máximo de oxígeno y la resistencia aeróbica, en deportistas muy entrenados.  Este trabajo es muy importante porque estos autores canadienses  utilizaron atletas muy entrenados de nivel nacional o internacional y porque la experiencia se realizó en doble ciego.
 Los autores estudiaron a 11 atletas de fondo y medio fondo de nivel nacional e internacional (valores de consumo máximo de oxígeno corriendo comprendidos entre 68 ml.Kg-1min.-1 y 88 ml.Kg-1min.-1) a los que se les hizo realizar el protocolo de extracción y transfusión de glóbulos rojos, almacenados previamente mediante la técnica de congelación con glicerol. Los atletas fueron divididos en dos grupos de 6 y 5 sujetos, respectivamente. Antes de comenzar el estudio, se habituó a los sujetos a las técnicas y al material del laboratorio y se les hizo realizar tres tests de medida del consumo máximo de oxígeno corriendo en tapiz rodante, para eliminar el efecto aprendizaje que suele ocurrir cuando los sujetos no están acostumbrados a realizar este tipo de pruebas en el laboratorio. Una vez realizadas estas pruebas, se extrajeron a cada sujeto 2 unidades de sangre (unos 900 mililitros) que se almacenaron inmediatamente mediante la técnica de congelación con glicerol. Posteriormente, se esperó varias semanas (media: 7.3 semanas) hasta que los sujetos alcanzaron los mismos valores de concentración sanguínea de hemoglobina que presentaban antes de que se les realizase la extracción de sangre. Una vez alcanzados dichos valores se realizó la transfusión autóloga de los glóbulos rojos correspondientes a 2 unidades de sangre a los sujetos de un grupo, mientras que a los sujetos del otro grupo se les realizó una transfusión del mismo volumen de suero salino fisiológico (que no contiene glóbulos rojos). Para evitar que los sujetos conociesen si se les estaba transfundiendo sangre o suero fisiológico, se les vendaron los ojos y se les colocó unos auriculares que les aislaban del exterior mientras se les realizaban las transfusiones. A las 24 horas y a los 7 días de haberse realizado las transfusiones, todos los sujetos realizaron tres pruebas de esfuerzo corriendo en tapiz rodante: 1) una prueba de una duración de 4 minutos a una intensidad del 71% del consumo máximo de oxígeno, 2) una prueba hasta el agotamiento a una intensidad del 95% del consumo máximo de oxígeno, y 3) una prueba para determinar el consumo máximo de oxígeno. Después de haberse llevado a cabo estos tests a las 24 horas y a los 7 días de  haberse realizado las transfusiones, los autores esperaron varias semanas hasta que a los sujetos del grupo que había recibido la transfusión de glóbulos rojos les descendiese la concentración sanguínea de hemoglobina hasta los valores que presentaban antes de comenzar el estudio. En ese momento, se transfundió suero salino fisiológico (sin glóbulos rojos) a los sujetos del grupo que anteriormente había recibido la transfusión de glóbulos rojos, y se transfundieron glóbulos rojos equivalentes a 2 unidades de sangre a los sujetos del grupo que anteriormente había recibido la transfusión de suero salino fisiológico. Finalmente, se repitieron las tres pruebas de esfuerzo corriendo en tapiz rodante a las 24 horas y a los 7 días de haberse llevado a cabo la segunda extracción de sangre. Este protocolo de transfusión de sangre permitió a los autores tener un grupo numerosos de atletas de alto nivel y poder realizar la experimentación en doble ciego. 

Se observa que la transfusión de glóbulos rojos se acompañó de un aumento significativo del 8.6% de la concentración sanguínea de hemoglobina de reposo (de 15.1 g.dl-1 a 16.4 g.dl-1), de la concentración sanguínea de hemoglobina de final de ejercicio (6.3%, de 15.7 g.dl-1 a 16.7 g.dl-1), del consumo máximo de oxígeno (5%, de 79.5 ml.Kg-1min.-1 a 83.5 ml.Kg-1min.-1), y del tiempo de  agotamiento al 95% del consumo máximo de oxígeno (34%, de 7.20 minutos a 9.65 minutos).  Por último, durante el ejercicio de 4 minutos corriendo a una intensidad del 71% del consumo máximo de oxígeno, la transfusión de glóbulos rojos se acompañó de una disminución significativa de la frecuencia cardíaca media (de 159 a 152) y de la concentración sanguínea de lactato (de 1.14 mmol.l-1 a 0.60 mmol.l-1). Los autores concluyeron señalando que el aumento significativo (8.6%) observado en los valores de la concentración sanguínea de hemoglobina  tras realizarse la transfusión de glóbulos rojos se acompañó de una aumento significativo del consumo máximo de oxígeno y del tiempo de agotamiento durante un ejercicio submáximo en atletas de alto nivel que presentaban valores muy elevados de consumo máximo de oxígeno. Además, el aumento medio observado en el consumo máximo de oxígeno por unidad de aumento de la concentración sanguínea de hemoglobina (unos 20 ml.min-1 de aumento del consumo máximo de oxígeno por cada gramo por litro de aumento de la concentración sanguínea de hemoglobina) era de la misma magnitud que el observado en el trabajo descrito anteriormente de Celsing y col.
(1987), en sujetos de nivel deportivo muy inferior. Estos resultados sugerían que el consumo máximo de oxígeno de los atletas de fondo y medio fondo de alto nivel está limitado por la disponibilidad en oxígeno del sistema de transporte de oxígeno, y que la transfusión sanguínea que se acompañaba de un aumento significativo de la concentración sanguínea de hemoglobina, mejoraba probablemente de modo significativo la marca deportiva.
  Desde la publicación del trabajo de Buick y col. (1980), se han publicado varios trabajos sobre los efectos de la transfusión  de glóbulos rojos correspondientes a 2 ó mas unidades de sangre en la marca deportiva de deportistas muy entrenados. En lo que nosotros conocemos, todos los estudios han encontrado que la transfusión de glóbulos rojos se acompaña de una mejora de la marca deportiva en los ejercicios de larga duración.

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